sábado, 13 de diciembre de 2008

La Cosa Nostra


Nº 2 :


"Lo encontré" me dije, ahí estaba Lanfranco, en la casa de los Lancelotti ubicada en avenida Durán, como sospechaba él estaba haciendo sus maletas, se notaba que estaba asustado y debía estarlo, por que yo me encargaría de vengar la muerte de mi hermano, debía hacerlo, debía, por el honor de los Sciaraffia.

Lancelotti estaba en mis manos, era solo entrar a la casa y atraparlo, pero en ese momento Vittorio se acercó a mí por la espalda, y me obligó a ir con el...

Vittorio todavía no había superado lo nuestro, íbamos a casarnos hace 4 años, pero yo no pude, no podía seguir mintiéndome, él no era lo que yo buscaba como pareja, y nunca lo entendió. Aún recuerdo el día que se lo dije, fué 1 mes antes de nuestro matrimonio, nunca lo había visto tan furioso... se acerco a mí y todo se borró, desperté en el hospital con un fuerte dolor de cabeza, y con mi padre tomando mi mano... Vittorio había intentado matarme, según lo que me dijo mi padre, en su momento de furia me golpeó en la cabeza hasta dejarme inconsciente. Lo estaban buscando, pero yo sabia que él volvería, en cuanto supiera que yo estaba viva.

Vittorio me llevó a la antigua fabrica de su padre, el lugar estaba desierto, había quebrado hacia 4 años, luego del incidente con Vittorio y la mala fama que este le trajo. Desperté amarrada a una silla y amordazada, me miraba con odio, estaba demacrado, en él parecían haber pasado 10 años, se acercó a mí me tomo por el mentón y me apuntó con su pistola en la sien.

"Me extrañaste mi amor?" Dijo con tono irónico, me apretó mas fuerte el mentón.

"Supe lo que paso con tu hermanito... ¿lo quieres acompañar perra?", Me quito la mordaza.

"Haz lo que quieras estúpido, pero ten por seguro que si te metes con un Sciaraffia, mi familia se dedicará a buscarte y a vengarse de ti de las peores formas, de las que nunca te podrías imaginar" le dije.

Me presionó la sien más fuerte con su pistola,

"Hazlo imbécil, ¿o eres un cobarde y no podrás como hace 3 años?" dije

Se alejo y me miro confundido, luego se acerco, se arrodillo y me dijo:

"Beatrice yo aún te amo, tú eres la mujer de mi vida, tú eres mía... MÍA! y de nadie más".

Comenzó a ahorcarme, pero se detuvo a tiempo, llorando me miró y se disparó en la sien.

Logré desatarme y salir a tiempo de la fábrica antes de que llegara la policía.

debía volver a buscar a Lancelotti...

Pero fue muy tarde, ya se había ido, "el maldito se escapó otra vez" me dije.

No sabía a donde había ido, y averiguarlo me tomaría más de una semana... así que decidí preparar todo para el viaje en su búsqueda y fui a explicarles todo a mis padres.

"Finalmente murió ese mal nacido" dijo mi padre luego de que les conté lo que sucedió, mi madre insistía en que fuéramos al hospital para asegurarse de que yo estaba bien.

"Hija es muy peligroso que hagas todo esto sola, deberías pedirle ayuda a tus primos" dijo ella.

"Madre, mis primos tienen sus propios asuntos con los que lidiar, además esto es algo entre Lancelotti y yo".

Al día siguiente fui a almorzar a mi restaurant favorito, ahí estaba ella, se acercó a mi inmediatamente mirándome con esos ojos que me hipnotizaban,

"Hola Sofía tu tan hermosa como siempre" le dije

"Hola Beatrice, hace mucho que no venías" me dijo sonriendo.

Me senté y me trajo lo de siempre, albacora con risotto, sin que se lo pidiera se sentó a mi lado, conversamos por largo rato y acordamos juntarnos a tomar un trago mas tarde...

A las 9 estaba Sofía en el bar "Ai lumi" donde habíamos acordado, la abracé fuertemente al saludarla, su cuerpo cálido y su perfume eran deliciosos, ella sonrió levemente sonrojada.

Me contó sobre su vida, que tenia dos hermanos uno mayor y uno menor, que había nacido acá, en Sicilia; me hablo de su familia, los Castelli, y de algunos problemas que la alejaron de esta.

Un trago dio paso a otro, y sin darnos cuenta estábamos en su departamento besándonos apasionadamente... fue una noche maravillosa recorrí una y otra vez su suave y delicioso cuerpo con mi boca y me derretí con su fuego mientras ella besaba cada centímetro del mío. Sus besos eran lo más suave y delicado que había sentido en mi vida y con sus ojos de sirena me ahogo de placer en sus aguas.

jueves, 23 de octubre de 2008

La Cosa Nostra


Nº: 1
8 de la mañana del día jueves 23 de octubre, aun recuerdo ese día, extrañamente no quería despertar, me sentía cansada, decepcionada y no sabia por que, sentí un presentimiento, y un sabor agrio paso por mi boca, en ese momento mi padre llama por teléfono...
Nunca lo había escuchado con tanta rabia y tristeza en su voz... mi corazón se detuvo cuando me dijo que mi hermano Giuseppe había muerto... esos malditos, el tío Giancarlo tenia razón, nunca podríamos alejarnos de todo esto... escucho a mi madre llorar junto a mi padre en el teléfono... después de un largo silencio le pregunto a mi padre: "¿Quién lo hizo?"... Nunca podré borrar ese nombre de mi cabeza. Lanfranco Lancelotti... en cuanto me lo dijo supe porque lo había hecho. Le dije a mi padre "yo me encargo" y corte.
Me encargaría de encontrar a la perra que causo todo esto y de paso matar a Lancelotti.
Quien se mete con la familia Sciaraffia no vive para contarlo.


Nunca imaginé cuan complicado se volvería todo...

Alguien llamó a la puerta, Beatrice dice, llama denuevo, "esa voz es familiar tengo que salir de aca" me dije...
Tome mi revolver lo metí en mi cartera tome mi abrigo y salí por la ventana, llegando a la calle escuche un disparo desde mi departamento... Vittorio no me encontraría, por lo menos no antes de encargarme de los Lancelotti.
Ese día lo dedique casi por completo a buscar a Lanfranco y mientras buscaba pensaba por que mi hermano se había enamorado la esposa de Lancelotti, esa perra interesada solo quería usarlo... Giuseppe nunca quiso escucharme, me encargaría de ella también a su tiempo.
Nunca conocí muy bien a los Lancelotti, sabia que estaba Lanfranco, Carlo y Sofía pero solo conocía a Lanfranco en persona. Que hombre más desagradable, y que gusto tener una razón para matarlo me decía.
Decidí parar un momento e ir a almorzar, entré a un restaurante y ahí fue cuando la vi, eran los ojos más bellos que había visto en mi vida... la mire y me fije que también me miraba, por un momento sentí que estábamos solas, paro la música, el sonido de los tenedores y cuchillos en los platos, la gente hablando, todo desapareció.
Desperté del delicioso letargo que sus ojos produjeron en mi y me senté en una mesa, de inmediato se acerco y me entrego la carta, roce sus manos al recibir la carta, eran suaves y sentía su perfume desde donde estaba sentada. Era hermosa.
Debía concentrarme, lo importante era encontrar a Lanfranco.
Comí rápido y partí no sin antes buscarla con la mirada, ahí estaba ella con su bella sonrisa y con esos ojos...
Decidí ir a mi casa, al día siguiente seguiría mi búsqueda, debía conversar con mi padre e ir al velorio de mi hermano.
Mi madre como siempre en la cocina hacía comida para nosotros llorando por la muerte de Giuseppe, mi padre sentado en el sillón estaba sombrío y silencioso, nunca lo había visto tan triste, Giuseppe era su orgullo...
Mi madre se lanzo llorando a mí en cuanto entre, me dedique a consolarla y nos sentamos en la mesa, había mucho que preguntar. Primero que nada por qué existía ese odio de los Lancelotti hacia nosotros desde varias generaciones, por qué lanfranco mato a Giuseppe si el nunca había estado con su esposa después de que lanfranco se caso con ella... y cuales eran las verdaderas razones que mi padre tuvo para alejarnos de todo esto. Porque eso de la tranquilidad de la familia... yo no se lo creía, el no era así.
Mi padre dijo: fue hace muchos años Beatrice, antes de que mi padre naciera, Antonio Lancelotti era nuestro vecino, y dueño de muchas tierras, eran socios con mi abuelo, pero el negocio no era licito... y cuando arrestaron a tu bisabuelo, él dijo la verdad y delató a Lancelotti, que se había escondido cerca de Oppido Lucano. Lancelotti nunca se lo perdonó y en cuanto salió de la cárcel busco a tu bisabuelo e intento matarlo, le costo caro por que tu bisabuelo lo mato a él. Por eso el odio de los lancelotti hacia nosotros.
Sobre lo de lanfranco, su esposa y Giuseppe, me dijo que no sabia... pensé “ tendré que preguntarle en persona a lanfranco”
Se hizo tarde para seguir preguntando debíamos partir al velorio.
Al día siguiente partí temprano a buscar al Lanfranco, supe por Beniamino mi primo que Lanfranco podía estar escondido en una de las casas de la familia Lancelotti y estaba preparándose para salir del país.
Pase a almorzar al restaurante donde estaba ella... con sus ojos arrebatadores... nuevamente la encontré sonriente atendiendo a los clientes, su cabello rubio me dejo igual de hipnotizada que sus ojos, su cuerpo se movía con tal delicadeza y sensualidad... nuevamente salí del letargo que mirarla me producía y me senté, rápidamente ella se acercó y sonriéndome me entrego la carta, al entregármela nos miramos por largo rato, o así me pareció a mi... me entrego la carta y se sonrojo levemente, le pregunte si le molestaba sentarse un momento a hablar, ella negó con la cabeza, y dijo por supuesto que no... que voz más preciosa, de esas voces de mujer madura que llenan la habitación y encantan a quien las oye... se sentó a mi lado y sentí su delicioso perfume nuevamente. Sin dejar de mirar sus ojos le pregunte hacía cuanto trabajaba en el restaurante, de que ciudad era... conversamos por largo rato y entonces recordé que debía estar buscando la casa en donde Lanfranco Lancelotti se escondía, antes de irme le pregunte su nombre...
Sofía me dijo...